En pocos días habremos despedido el año, pero antes debemos celebrar una de las fechas más importantes para un cristiano, la llegada del niño Jesús a nuestras vidas.
Os deseamos de todo corazón que estas fiestas sean una ocasión especial para que podamos pasarla rodeado de nuestros seres más queridos. Y que el mejor regalo de estos días sea un espíritu lleno de amor para compartir con nuestras familias y amigos y que continuemos teniendo no solo los buenos deseos sino también la intención insoslayable de colaborar a crear un mundo cada vez mejor.
Pensemos en todos lo que estuvieron junto a nosotros en estas fechas, y que nos han precedido en el camino eterno a la luz; el recuerdo de nuestros padres y amigos, de todos aquellos que por diferentes circunstancias de la vida hoy no puedan estar sentados en nuestras mesas.
Evitemos, aunque solo sea por unas horas el doloroso recuerdo de este año, una vez sin poder acompañar a nuestro Jesús en su Tercera Caída en su Vía Crucis de Lunes Santo por las calles de Zamora.
La llegada de la Navidad nos invita a regresar a nuestra infancia, nos reconcilia con nuestras raíces y nos invita a pensar en qué hemos hecho, de dónde venimos y para dónde vamos. Lo que nos hace más singulares a los creyentes es descubrir con la navidad que el mejor regalo es la vida misma.
Aunque estemos tristes, en esta noche santa, no pasa nada, hay que aceptarla y vivirla con serenidad, hay que regalar alegría, porque celebrar la Navidad no consiste solo en seguir las tradiciones, sino en celebrar la llegada de Dios a nuestras vidas, si nos abstraemos de la insistencia mediática por el consumo irresponsable, y nos detenemos a meditarlo, entenderemos que la celebración del nacimiento de niño Jesús no solo es el principal ingrediente de la dieta navideña, es el plato principal.
Muchas familias volverán a recuperar la entrañable cena familiar, tras la navidad confinada pasada, pero recordemos la responsabilidad de hacerlo con todas las medidas de aprendidas durante este extenso periodo porque «si yo me cuido, también te cuido».
No nos queda más que desearos una hermosa Navidad en compañía de las personas más importantes de vuestras vidas, con vuestros seres queridos.
Felices fiestas y un próspero año nuevo a todos ¡Salud!
Y no os olvidéis de sonreír porque la VIDA ES BELLA.
