Tanto los Hermanos como el público que durante el Lunes Santo son partícipes del desfile procesional, manifiestan un sentimiento general de reconocimiento con el buen funcionamiento de la organización de la procesión.

Este sentimiento satisfactorio muchas veces, aunque efímero, no está exento de trabajo, estudios, previsiones y pruebas que llevan, año a año, a ir adquiriendo como propio lo que mejor resulta y trabajar sobre lo que no ha dado el resultado previsto.

Para ello la Hermandad cuenta con el Grupo de Organización, que desde siempre fue parte fundamental en las directivas, para ello crearon el puesto de Hermano Protocolario, figura en la que recae la responsabilidad de la organización.

Actualmente tanto el grupo de organización como el Hermano Protocolario, vienen perfectamente definidos en el reglamento de régimen interno. Ambos tienen un carácter anual que se inicia por el nombramiento del Hermano Protocolario por parte del Hermano Regidor, que siendo de su confianza informa, al Consejo Rector para su aprobación.

Es a partir de ese nombramiento es cuando el Hermano Protocolario, por un año, tiene que formar su equipo de organización, personas de su confianza y responsabilidad.

La organización nace a partir de ahí con una continuidad en todo lo recibido y con el propósito de mejorar, actualizar y preparar todo para que sea lo más extraordinario posible durante ese año: Lunes Santo, traslados u otros actos que se produjeran y tuvieran que contar con su trabajo. Todo esta labor organizativa, actualmente, se desenvuelve por 30 componentes, formados en grupos de trabajo de entre dos y seis celadores.