HISTORIA HERMANDAD

Hermandad de Jesús en su Tercera Caída

La Hermandad de Jesús en su Tercera Caída se funda en Zamora el 16 de abril de 1942, creada por un grupo de zamoranos ex combatientes de la Guerra Civil Española, siendo uno de sus principales fines “el mantener los lazos de unión de los excombatientes dedicando un recuerdo constante a los caídos en el campo de batalla y contribuir al esplendor de la Semana Santa zamorana”.

Se adoptó como emblema distintivo de la Hermandad la cruz de San Fernando (Rey zamorano) a la que se rodea con una corona de espinas.

El hábito, en origen, consistió en túnica y caperuz de raso negro con el emblema de la Hermandad bordado en el pecho, guantes blancos, calcetines y zapatos negros. Posteriormente se añadió al hábito una amplia capa de raso blanco con el emblema en rojo bordado a la altura del brazo izquierdo y se completa por un medallón con el emblema plateado de la Hermandad sujeto al cuello por cordón blanco y negro. Los hermanos de fila portan iluminación de cera líquida en un hachón con tulipa de cristales adornada con emblemas en rojo.

En su inicio, la Hermandad procesionó un Miércoles Santo, después de diversos cambios en itinerarios y horarios el desfile procesional se afianza en la noche de Lunes Santo, celebrándose siempre un acto de recuerdo por los fallecidos.

Este acto, aunque también ha ido tenido diversos cambios, ubicaciones y formas de realizarse, actualmente tiene lugar cuando el desfile procesional del Lunes Santo hace parada en la Plaza Mayor. Tras toque de silencio, el Capellán de la Hermandad hace su recuerdo y oración por todos los fallecidos y muy especialmente por los hermanos de la Hermandad. Se finaliza con la canción “La Muerte no es el Final”, entonado por el coro de la Hermandad. El acto en su conjunto se ha convertido en uno de los momentos más emotivos y destacados en la Semana Santa de Zamora.

La hermandad en sus más de 75 años ha pasado por distintas evoluciones: desde finales de los años 40 y durante los 50, época de gran resurgimiento religioso y brillantez en lo concerniente a la Semana Santa, se realizan tres pasos, obras de destacados artistas de la postguerra española. Posteriormente la Hermandad, al igual que ocurre con otras cofradías de la Semana Santa zamorana, se ve sumida en una profunda crisis, recuperándose paulatina y vivazmente a partir de los años ochenta y hasta la actualidad en la que la componen más de 2400 hermanos.

Durante este último periodo y por el acierto en la colaboración con la Tercera Caída del escultor José Luis Alonso Coomonte, que en sus obras tiene una novedosa forma de ver la escultura religiosa, aporta a la Hermandad un cambio de estética y vistosidad que une la forma tradicional de sus orígenes con la modernidad, sin desmerecer a ninguna de ellas. Sus trabajos hacen mejorar aún más ese cambio que se va produciendo en diversos años con sus aportaciones consistentes en una serie de cruces alzadas y pectorales junto con otras dos obras de gran tamaño y originalidad como son: una Cruz realizada con yugos para uncir bueyes y una Corona de Espinas realizada con rejas de arado. Todo ello es hoy un imprescindible conjunto particular e identitario de nuestra Hermandad.

Desde 2015 es parte del desfile procesional el “Libro de Fallecidos”, con esta aportación se enriquece nuestra base y origen de nuestra Hermandad dando recuerdo y respecto permanente a los que nos han precedido. Por ello cada Lunes Santo u en otras conmemoraciones por los fallecidos su presencia manifiesta el recuerdo de todos los Hermanos que lamentablemente no están con nosotros.

En cuanto al aspecto musical, además del Coro de la Hermandad, la procesión se inicia con una banda propia de clarines y tambores seguida por el Barandales, hermano que, al inicio del desfile procesional, anuncia al público su llegada tañendo unas campanas o esquilas. Los pasos llevan acompañamiento musical por bandas de música que interpretan durante el recorrido marchas fúnebres, entre ellas las del propio patrimonio musical de la Hermandad: Aurora, La Despedida, Tercera Caída y La Amargura. Las andas van acompañadas por una banda propia de tambores. Finaliza el desfile con banda de cierre compuesta mayoritariamente por niños.

La hermandad, además del desfile procesional del Lunes Santo, celebra diversos actos a lo largo del año.

Especialmente en cuaresma se realiza en nuestra sede parroquial de San Lázaro un Triduo en honor a nuestro Cristo “Jesús en su Tercera Caída”, al que honramos con nuestras oraciones a través de un Vía Crucis, una misa con actuación del Coro de la Hermandad y misa Mayor por los difuntos con la presencia de nuestra banda de clarines y tambores.

El domingo tras la finalización de la Misa Mayor del Triduo celebramos seguidamente la Asamblea General Ordinaria de la Hermandad. En ella, además, se comparte entre todos los hermanos asistentes un tradicional desayuno y finaliza el día con una comida de hermandad, con los mayordomos del año, dónde pueden asistir todos los hermanos que lo deseen.

También durante la cuaresma tiene lugar la imposición de medallones para nuevos hermanos y la publicación de una revista digital que recoge todo los acontecimientos que han tenido lugar en la hermandad a lo largo del año junto con artículos y estudios de notable interés.

En septiembre cada año tiene lugar una jornada de hermanamiento a través de una comida campera de Hermandad que se inicia con una ofrenda al Cristo de Valderrey, continuando con una comida campera de Hermandad en la campa de su Ermita.

Extraordinariamente y como conmemoraciones especiales la Hermandad ha celebrado con diversos actos y recuerdos el 50 y el 75 aniversario de la su fundación, a través de conciertos, exposiciones, mesas redondas, conferencias y procesiones extraordinarias. También por ese motivo nuestra imagen tuvo el honor de ser la imagen de la lotería nacional del Sábado Santo de 2018.

Además, tuvo el honor de ser la anfitriona en 2018 del Encuentro Nacional de Cofradías y Hermandades de “Jesús Caído”. Durante tres días una amplia participación desde distintos puntos de España supuso una convivencia cofrade que puso en valor a nuestra Hermandad y a Zamora, todo ello a través de ponencias, conferencias, exposiciones, visitas finalizando con una procesión extraordinaria hasta la Catedral donde también se finalizó el congreso con una misa mayor.