Es el encargado de anunciar la presencia de la Hermandad, con el sonido de las esquilas, por las calles durante el desfile procesional o en cualquier otro acto en el que sea requerida su presencia. Como figura propia de la Semana Santa zamorana, ha estado siempre presente desde el inicio de la Hermandad.

Por el ofrecimiento del hermano Alfredo Toledo Vázquez, desde 2011, recae en su persona el ser el Barandales de la Tercera Caída. Con su nombramiento y como puesto de confianza, se incluyó en los reglamentos de régimen interior siendo por ello imprescindible ser hermano para ser nombrado barandales.

Su vestimenta es propia para nuestra Hermandad, la cuál ha ido cambiando a lo largo de los años, actualmente, y también a propuesta de Alfredo Toledo, su hábito es semejante al de los Hermanos de fila: túnica negra de raso sin ceñidor y la capa blanca con emblema en rojo. Esta capa tiene la peculiaridad propia de ser corta, solamente hasta el final del antebrazo con el fin de tener libres las manos para poder manejar con soltura y buen sonido las campanas. No lleva caperuz, pero si cubierta la cabeza con una gorra en los colores de la hermandad junto con su emblema en dorado.

Con anterioridad el puesto de barandales de la Hermandad ha sido ejercido por otras personas, que no teniendo que ser hermanos, eran designadas para este fin a través de la Junta Pro Semana Santa y ejercían su labor en las hermandades y cofradías que necesitaban su servicio. Estos barandales han sido personas emblemáticas, muy queridas y reconocidas por el pueblo de Zamora.