…el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”
Mateo 1.20–21
En estas fiestas de Navidad vuelven a nuestros oídos palabras que desaparecen el resto del año. ¿Dónde se esconden?.
Las buscamos en la primavera de Valorio, entre el bullicio de la gente en Semana Santa, en el silencio de un banco oxidado apartado en una plaza, en la flor marchita de un jardín.
Queremos reflexionar y en su lugar pedimos a todos reflexión. Nuestras palabras ocultan dolor, acallan gritos que nadie escucha.
No sé si es cierto que esta frase la dijo Gloria Fuertes, pero expresa una realidad muy cofrade:
“En Semana Santa sucede lo que con la Navidad. En Navidad se olvidan de quien nace. En Semana Santa se olvidan de quien muere”
Por eso, en estos días hablamos de ESPERANZA.
El nacimiento de un niño siempre es una esperanza. Recién nacidos llenan de esperanza nuestras vidas, en la pureza de su mirada nos vemos a nosotros mismos, nos vemos como somos, como fuimos antes de que el paso por la vida nos fuera llenando de heridas y de cicatrices. Cuando los vemos jugando inocentes, ajenos, pensamos ¿Qué será de ellos? ¿Qué lograran?, ¿Cuáles serán los sueños que persigan?
Pero ¿y si ese niño es el Salvador, es la promesa cumplida de Dios?
Entonces, la ESPERANZA, se convierte en una palabra con mayor sentido, porque es FE y también CARIDAD. Las tres virtudes que como cristianos debemos respirar, pues así nos fueron concedidas en nuestro bautismo.
Por tanto, no las escondamos, no dejemos que se pierdan durante el resto del año, no las busquemos donde no se encuentran, están en nosotros mismos, están en la vida de nuestros hermanos, son un modo de ser, un modo de vivir.
Son lo más cerca que estamos de Dios.
En estos días busquemos la palabra esperanza: esperanza por lograr lo que queremos, esperanza por lograr nuestros sueños, esperanza para recibir todo el amor que necesitamos…
¡Y ya que estamos, esperanza en que hayamos repartido suerte en el sorteo de Navidad o en caso contrario, esperanza para que el próximo año podamos volver a intentarlo!
FELIZ NAVIDAD a todos y que Jesús en su Tercera Caída permanezca en nuestras vidas junto con María Santísima durante todo el próximo año 2020.
